Matemática Aplicada (Biomatemática): Un Departamento singular
María Cristina Martínez Calvo
Alberto Pérez de Vargas
Departamento de Matemática Aplicada (Biomatemática), Facultad de Biología

En su forma actual, la organización departamental de las universidades tiene su origen en las numerosas disposiciones legislativas que transformaron el sistema educativo español durante la primera mitad de la década de los años ochenta, concretamente en lo dispuesto en la Ley Orgánica 11/83, de 25 de agosto, de Reforma Universitaria, y en su desarrollo posterior, especialmente en el Real Decreto 2360/1984 de 12 de diciembre. En tal sentido, la gran mayoría de las unidades que organizan la enseñanza y la investigación en el ámbito de amplias parcelas del conocimiento, tienen una realidad que es consecuencia de procesos paralelos que empiezan, con pequeñas diferencias, al mismo tiempo. Sin embargo, los Departamentos universitarios se han edificado sobre una, no pocas veces larga, historia en la que tanto la diversidad de los saberes como las decisiones políticas, la cambiante ordenación de la sociedad de cada época y la personalidad de sus actores han influido notablemente. Por lo general hay pocas diferencias esenciales, aun teniendo en cuenta la gran variedad de elementos distintivos que los caracterizan, entre los cauces que han conducido a la definición de los Departamentos que constituyen las unidades de referencia del complejo universitario. Un caso singular es el del que nos ocupa. No solamente es único en la geografía de las universidades españolas sino que casi podría decirse que su existencia es fruto del azar y de la necesidad. En el caldo primigenio del que surgieran estas organizaciones se produjo un hecho inesperado, altamente improbable, y sin embargo moderadamente necesario, que generó un escenario sin precedentes en el que fue posible que se llegara a construir un Departamento que fuera como éste y se llamara de este modo.

    Conviene partir de una descripción general de lo que es. Sus actividades se desarrollan en la Facultad de Biología, donde reside la Dirección, en la Escuela Universitaria de Óptica, con una Sección Departamental, y en la Facultad de Ciencias Geológicas. Durante unos años también en la Facultad de Ciencias Físicas. Las grandes áreas de conocimiento en las que participa su profesorado inciden en la Matemática, la Estadística, la Informática y las Neurociencias, y entre las enseñanzas que imparte se encuentran, aparte de las materias básicas habituales en los planes de estudios de las carreras sobre las que tiene responsabilidades docentes, asignaturas tales como Modelos y redes neuronales, Bioinformática; formando las dos parte, por primera vez, de un plan de estudios de licenciatura en Biología; Biorrobótica, Teoría y simulación de procesos biológicos, Vida artificial, Modelos de interés en la toma de decisiones, Simulación del sistema visual y algunas otras de similar hechura e infrecuente presencia en las carreras ordinarias. Durante un tiempo dispuso de un programa de doctorado en Biomatemática, el primero de su género en España impartido en una Facultad, que culminó en la redacción de una docena de tesis doctorales, y actualmente participa en otro de más amplio espectro denominado Neurociencias y en un programa de postgrado en Óptica, Optometría y Visión. Su interdisciplinaridad contextual y los campos científicos que se ofrecen a las posibilidades cognitivas de los estudiantes, son ya una manifiesta singularidad en el panorama universitario de nuestro país. Entre el personal adscrito al Departamento o que interviene en sus tareas de investigación hay matemáticos y biólogos, sobre todo, pero también físicos, ingenieros y médicos. En su ámbito se creó en 1986, por primera vez en la Universidad Complutense, un Aula de Informática con fines docentes.

    Nuestro Departamento no es "histórico", además de por su juventud y por ser uno de los últimos que se crearon "es el número 181 de los constituidos en la Universidad Complutense" al amparo del decreto 2360/1984 ya citado, porque no hereda nada, no recibe un legado de mayor o menor antigüedad. No tiene antecedentes. Lo más lejos que podemos llegar y ese será el punto de partida de nuestra historia, es a una casualidad derivada de una decisión política tomada cuando empezaba la década de los años ochenta, que provocó la dotación en la Facultad de Biología de la UCM, de una Cátedra y de una plaza de Profesor Titular de Biología Matemática. Era la primera vez que aparecía el nombre en el inventario de plazas universitarias dotadas en España. Únicamente en Alcalá existía entonces una asignatura denominada Biomatemática, caso único en un plan de estudios en vigor en una universidad española. En nuestra Facultad existió una asignatura denominada Biología Matemática pero había desaparecido en el último cambio del plan de estudios. Por otra parte, el Departamento no está vinculado a la Facultad de Matemáticas. No hay ninguna universidad en España en la que ocurra algo parecido.

Política y Universidad en los primeros años ochenta

Alguien ha dicho, con mucho acierto "quizás fuera Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo" que la Unión de Centro Democrático, UCD, fue un partido creado para darle sentido a un Gobierno. Su concepción, primero como coalición y más tarde configurando un verdadero partido político estuvo siempre asociada al diseño de un tejido para conformar un Gobierno. Normalmente los partidos compiten para alcanzar el poder, la UCD se creó coyunturalmente para gobernar. Fue una coalición que terminó en partido y cuando lo fue se hundió estrepitosamente. Después de dos gobiernos preconstitucionales que duran, respectivamente, seis meses y un año, desde el día 12 de diciembre de 1975 al día 4 de julio de 1977 y de otros dos dentro del periodo constituyente de la transición política, que se mantienen a lo largo de algo menos de dos años, hasta el día 6 de abril de 1979, se constituye el tercer gobierno de la UCD que dura poco más de un año, hasta el día 2 de mayo de 1980. Entre esa fecha y la llegada del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, se suceden seis crisis ministeriales. En el segundo gobierno de la UCD había un ministerio de Educación y Ciencia y en el tercero aparece, además, uno de Investigación y Universidades que se conserva en el cuarto y en el quinto, desapareciendo en el sexto, el día 26 de febrero de 1981, cuando la UCD está anunciando su final tras la dimisión de Adolfo Suárez González y durante el que tendrá lugar un golpe de Estado. Al desaparecer el efímero ministerio de Investigación y Universidades "tres gobiernos y menos de dos años" el ministro Luis González Seara revolvió los papeles pendientes y entre ellos descubrió una larga relación de peticiones no atendidas que se iban amontonando y sobre las que nada se había resuelto.

    Curiosamente, la Universidad de Alcalá, había solicitado la dotación de una Cátedra o, en su defecto, de una agregaduría de Biomatemática y poseía una asignatura de esa denominación en el plan de estudios vigente de la licenciatura en Biología. El ministerio resolvió negativamente la petición a pesar de que se trataba de una denominación ya relativamente familiar en el medio científico. La "Society for Mathematical Biology" tenía más de cincuenta años de vida y su medio de expresión, el "Bulletin of Mathematical Biology", era entonces una publicación prestigiosa. Circulaban revistas con nombres tales como "Journal of Mathematical Biology", "Journal of Theoretical Biology" o "Mathematical Biosciences", y una editorial de la importancia de Springer disponía de una línea editorial titulada "Lectures Notes in Biomathematics", con más de cien monografías publicadas, y de otra, "Biomathematics", con una veintena de volúmenes de mayor formato. La Mathematical Association of America tenía una colección de monografías específicamente dedicadas a la Biomatemática: "Lectures in Biomathematics", y los famosos "Mathematical Reviews" de la American Mathematical Society disponían de un epígrafe para la Biología al mismo nivel que los dedicados a especialidades clásicas de Matemática pura y aplicada. En la Nomenclatura Internacional para los Campos de la Ciencia y la Tecnología de la UNESCO, la Biomatemática figuraba con los dígitos principales 2402, al mismo nivel que el Álgebra (1201), el Análisis Matemático (1202), la geometría (1204) o la Estadística (1209). De nada valieron los documentados informes que se elevaron desde el Decanato de la Facultad de Ciencias ni la cobertura unánime prestada por la Junta de Gobierno de la Universidad de Alcalá. Como en tantas otras ocasiones, había razones que la razón no entendía, para denegar la petición, y la iniciativa de dar forma administrativa a una disciplina de evidente proyección e interés se quedó en buenas intenciones y en regulares palabras.

La derrama ministerial             
    
En los primeros meses del año 1981 el Boletín Oficial del Estado publica una numerosa relación de nuevas dotaciones de Cátedras y de Titularidades de Universidad. Forman parte de algunas de las últimas disposiciones legislativas y decisiones de un gobierno sustentado por un partido que agonizaba amenazado por los poderes que aún permanecían atrincherados en la nostalgia de los absolutismos totalitarios. El presidente dimitía el día 29 de enero y España se disponía a sortear no pocos obstáculos en el difícil y brillante camino que estaba recorriendo. El ministro de Investigación y Universidades quizás pensara que las dotaciones serían un postrer buen servicio a la vieja institución universitaria y que, teniendo que abandonar la nave, el gasto que producirían no sería ya cosa suya y, por lo tanto, no le acarrearía ningún desequilibrio. Entre ellas estaban una Cátedra y una plaza de Profesor Titular de Biología Matemática en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense. Correspondían a una petición ya olvidada que muchos años atrás elevó su Junta de Gobierno aprobando una solicitud de la Junta de Facultad que recurría a la Administración para resolver el permanente conflicto que los alumnos tenían planteado ante el modo en que se desarrollaban las enseñanzas de las asignaturas de matemáticas. Si ya es natural la dificultad que el lenguaje formal de la Matemática plantea a estudiantes con vocación experimental, imponerles el estudio de una materia que se impartía y se sigue impartiendo en la práctica totalidad de las carreras de ciencias experimentales y aplicadas, sin la menor preocupación por el contexto en que se encuentra, es fuente inagotable de conflictos. En la época, los estudiantes de nuestra Facultad se quejaban del estado de cosas y seguramente fue ello lo que a alguien le inspiró la necesidad de recurrir a un nombre que aludiera, ex novo, a la disciplina y al lugar. El caso es que se solicitaron las mencionadas dotaciones y cuando ya nadie se acordaba de ello, aparecieron  en el BOE.

    Como podía esperarse, la dotación de esas dos plazas, causaron sorpresa y animaron algunas expectativas. Debe tenerse en cuenta que entre los cuerpos funcionariales del profesorado universitario estaba el ya extinguido de Profesores Agregados de Universidad, una situación administrativa intermedia entre la de los Profesores Titulares, antes Adjuntos, y los Catedráticos. Para alcanzar la Cátedra era necesario ser Profesor Agregado y superar un concurso de méritos en el que podría competirse con otros, de modo que la nueva dotación abría expectativas a los profesores que aspiraban a convertirse en catedráticos. Con la legislación vigente en aquel momento, había que definir, dada la peculiar circunstancia de que se trataba de un nuevo nombre, quiénes eran los que podían aspirar a ocuparla. No obstante, algunos creían que precisamente por no disponer de equiparaciones, la plaza tenía que salir a concurso de acceso y ya se encargarían desde dentro de la Facultad de instrumentalizar los mecanismos necesarios para señalar al aspirante. No se dieron cuenta de que podía darse el caso de que algún catedrático exigiera el turno de traslado que, en ese momento, era un turno previo al de acceso como ya el sentido común señala. Lo natural es dar preferencia en derechos a los que son frente a los que quieren serlo. La polémica estaba servida.

Había un Catedrático

Un catedrático, entonces Decano de la Facultad de Ciencias (Biológicas y Químicas) de la Universidad de Álcalá, manifestó oficialmente al departamento ministerial su derecho a participar en un concurso de traslado y a aspirar, previamente, a que la Cátedra que ostentaba fuera considerada semejante a la convocada. Tal semejanza o equiparación, la basaba en el contenido del programa al que opositó y en el ámbito donde radicaba la Cátedra. Tras un proceso de no poca complejidad en el que se produjeron acciones y reacciones, el Catedrático de la Universidad de Alcalá, Alberto-Ignacio Pérez de Vargas Luque logró ser admitido para participar en el concurso de traslado. Su condición de matemático animó más, si cabe, la polémica. El corporativismo y los problemas con las matemáticas tenidos desde siempre por los alumnos, unidos quizás a determinadas expectativas que no es al caso comentar, formaban un cúmulo de prejuicios que encendieron los ánimos contra la posibilidad de que un matemático ocupara la Cátedra. No parecía que nadie se diera cuenta de que es el método lo esencial en las disciplinas aplicadas, y no el lugar en que las aplicaciones se llevan a cabo que, siendo muy importante, no condiciona al especialista en la herramienta sino en la necesidad de emplearla en el campo que se le indica. La Matemática Aplicada es Matemática, cualquiera que sea el apellido. Además, siendo la Matemática un lenguaje y la Biología una ciencia experimental, conviene que sea el lenguaje el dominio preferente.

    Por primera vez en una Facultad específicamente consagrada a la Biología había un Catedrático de Biología Matemática y, en poco tiempo, habría una Profesora Titular. Alberto Pérez de Vargas Luque toma posesión el día 18 de noviembre de 1981 y María Cristina Martínez Calvo se incorpora con destino provisional en el mes de julio de 1983. Constituyen ambos el germen de un grupo de profesores de formaciones diversas y clara vocación interdisciplinar, que formarían el Departamento cuya denominación actual se adquiere, once años más tarde, por acuerdo de la Junta de Gobierno del día 18 de diciembre de 1992. Ello supuso que las enseñanzas de Matemáticas, Estadística e Informática serían progresivamente impartidas por un  profesorado adscrito a la Facultad de Biología. El gran paso dado propició un clima de integración y aceptación de estas materias en la licenciatura en Biología, que no tiene precedentes en España. Pero la denominación "Biología Matemática" desaparecería en poco tiempo. El catálogo de Áreas de Conocimiento consecuencia del desarrollo legislativo que sigue a la LORU, promulgada en 1983, no consideraba la inclusión como tal de una con ese título. La existencia de solamente una Cátedra y una Titularidad, unida a la escasez y dispersión de intereses del profesorado de Bioestadística, por lo general radicado en Facultades de Medicina, y las exigencias de número y categoría para la formación de Departamentos, impedía la formación de un colectivo con la fuerza suficiente para propiciar la creación de un área, no obstante reconocida en los ambientes científicos. Todos los biomatemáticos de nuestra Facultad se integrarían, en su momento, el área de Matemática Aplicada.
 
El área Matemática Aplicada

El nombre del área de conocimiento "Matemática Aplicada" también desencadena una regular polémica. Antes no existía ni en dotaciones de plazas ni en asignaturas. En el primer catálogo, que se publica para ordenar una convocatoria excepcional de pruebas de acceso al profesorado, apellidadas "de idoneidad", no apareció. En su lugar se incluía un área denominada "Matemática Aplicada a la Ingeniería". El Gobierno socialista de 1982 pretendía con esa convocatoria "partir de cero" eliminando al numerosos profesorado no numerario; es decir, provisional y sujeto a una renovación anual. Para ello convocó unas pruebas de valoración, no presenciales, en las que se "idoneizaba" al aspirante supuestamente válido y se le convertía en Profesor Titular de Universidad en donde quiera que estuviera. Al mismo tiempo, se establecía que para todos aquellos "idóneos" que no dispusieran de destino por la circunstancia que fuera, se dotaría una plaza a la medida, previa petición del centro. Por ejemplo, a los colaboradores científicos del Consejo Superior de Investigaciones (CSIC) que se les "idoneizaba" de manera automática, sin participar en el concurso de méritos, se les dotaría una plaza en donde fueran admitidos. Precisamente por este procedimiento se incorporó en 1985, Emiliano Fernández Bermejo, fallecido en septiembre de 2005. Pues bien, dado que ese catálogo iba a condicionar los nombres de las futuras plazas del profesorado, Alberto Pérez de Vargas gestionó con éxito y no sin esfuerzo, la desaparición de la frase "a la Ingeniería" que habría dificultado la definición de las plazas de matemáticas que se dotaran en Facultades o en otros centros que no fueran Escuelas Técnicas. Además, Matemática Aplicada era una denominación consagrada en la comunidad científica internacional.

    En las Facultades de Matemáticas españolas, sin embargo, se tenía, en general, por cierto el supuesto de que eso de Matemática Aplicada no cabía en sus dominios, que todas las matemáticas y todos los matemáticos son o no aplicados según se pongan a hacer una cosa u otra. Tanto es así que iniciado el proceso de creación de Departamentos en nuestra universidad, la Junta de la Facultad de Matemáticas donde algunos profesores se habían adscrito a ese área de conocimientos, rechazó por una mayoría considerable la creación de un Departamento con esa denominación. Por el contrario, el Departamento se creó en la Facultad de Biología y esta operación permitió que como aconsejaba el sentido común, su sede radicara en la Facultad de Matemáticas. Alberto Pérez de Vargas presidió, como profesor de mayor categoría y más antiguo, las reuniones y los actos administrativos que culminaron en la creación de un Departamento de Matemática Aplicada radicado en la Facultad de Matemáticas y de una Sección Departamental en la Facultad de Biología. Renunció a presentar candidatura a la dirección del Departamento y optó por hacerse cargo de la de la Sección Departamental. En esas fechas, era el año 1988, el profesorado de matemáticas destinado en la Facultad no reunía las condiciones exigidas por la ley para la formación de un Departamento. La Sección Departamental se constituyó con un catedrático de universidad, Alberto-Ignacio Pérez de Vargas Luque, cuatro profesores titulares, Mª Cristina Martínez Calvo, Emiliano Fernández Bermejo, Jesús López Sánchez y Santiago López de Ipiña Mattern y nueve profesores no numerarios, Julio Alonso Fernández, Ana Isabel Durand Alegría, Rafael Lahoz Beltrá, Víctor Jesús Abraira Santos, María Luisa Pérez Carrillo de Albornoz, Francisco Conejero Meca, Luis Bernal Campo, José Luis Láiz Castro y Antonio Rosas González.

    Desde el momento de creación de la Sección Departamental, su director tenía el proyecto de convertirla en Departamento. Había que esperar a que la entidad del grupo fuera mayor. Ello se consiguió incorporando al profesorado de matemáticas adscrito a la Escuela Universitaria de Óptica que añadía dos profesores titulares de Escuela Universitaria y seis no numerarios. La solicitud fue elevada el día 21 de abril de 1989 y aunque superó con éxito el difícil trámite de conseguir la aprobación del Consejo de Departamento, no logró ser informada favorablemente por la Junta de la Facultad de Matemáticas. Tanto la Facultad de Biología como la Escuela Universitaria de Óptica informaron favorablemente la propuesta. El nombre al que aspiraban los solicitantes era el de Matemática Aplicada II (Biomatemática); pero, a pesar de ser el adecuado, desde una consideración objetiva de las motivaciones, y el que fue manifiesta y explícitamente apoyado por la Facultad de Biología, el Consejo de Departamento, aunque acordara emitir informe favorable, lo hizo proponiendo el nombre de Matemática Aplicada II (Biología y Óptica). En ese momento, la inteligencia aconsejaba superar la etapa de creación y reservarse una posterior ofensiva para el nombre. Numerosos informes y gestiones hicieron falta para lograr el primer objetivo, pero al fin, la Junta de Gobierno acordó el día 22 de febrero de 1990 remitir la documentación a la Comisión Técnica de Departamentos que acordó por mayoría, el día 5 de abril siguiente, la creación del Departamento número 181, con el nombre sugerido por el Consejo. Comunicado oficialmente el día 22 de mayo, por el Vicerrectorado de Departamentos y Centros, se constituyó el día 15 de junio con los siguientes miembros: Alberto-Ignacio Pérez de Vargas Luque (CU), Mª Cristina Martínez Calvo (PTU), Emiliano Fernández Bermejo (PTU), Jesús López Sánchez (PTU), Santiago López de Ipiña Mattern (PTU), Ana Isabel Durand Alegría (PTU), Julio Alonso Fernández (PTEUi), María Luisa Pérez Carrillo de Albornoz (Ay), Luis Bernal Campo (PA), Víctor Jesús Abraira Santos (PA), José Luis Láiz Castro (PA) y Francisco Conejero Meca (PA), en la Facultad, y Ezequiel de Abia Suazo (PTEU), Emilia Rodríguez Santamaría (PTEU), Almudena de la Torre Adrados (PTEUi), Manuel Delgado Casanova (PTEUi), Concepción Collado Gómez (Ay), Arturo Rodríguez Franco (Ay), José Gil Martos (PA) y Eugenio Ubieta Bravo (PA), en la Escuela. En el mismo acto, Alberto Pérez de Vargas sometió a la consideración de la totalidad de los miembros del nuevo Departamento, con carácter vinculante, la decisión que debía tomar él acerca de presentar o no candidatura a la Dirección. En ese momento, la legislación ordenaba la explícita renuncia de los catedráticos como exigencia previa a que la Dirección pudiera ser ejercida por un profesor titular. Tras la consulta, se constituyó el Consejo de Departamento y Alberto Pérez de Vargas presentó candidatura a la Dirección resultando elegido. Inmediatamente procedió a nombrar secretario a Emiliano Fernández Bermejo y a la constitución de la Sección Departamental de la E.U. de Óptica, de la que sería elegido Director, Ezequiel de Abia Suazo. El cambio de nombre era el objetivo siguiente. Al comienzo del mes de Octubre de 1991, Alberto Pérez de Vargas presentó la dimisión, dándose el Consejo por enterado el día 9 de octubre y convocando elecciones para el día 14. La única candidata, Mª Cristina Martínez Calvo resultó elegida y nombró secretaria a Mª Teresa González Manteiga. En tres ocasiones más ha sido reelegida, continuando en la actualidad y con el mismo equipo.

    Después de tantos años tratando de dar forma a un proyecto que se percibía extraordinariamente positivo para la Facultad y de tantas dificultades que se oponían desde varios frentes y por diversas causas, cuando terminaba el año 1992, el día 18 de diciembre, la Junta de Gobierno aprobó el cambio de denominación quedando definitivamente establecido el de Matemática Aplicada (Biomatemática) que quizás por reflejar la realidad de lo que era, costó tanto conseguir.

    En la actualidad (2005/2006), el Departamento está formado por el conjunto de los profesores de la Facultad y los de la Sección Departamental de la Escuela. En la Facultad, son los siguientes, por orden de categoría administrativa y antigüedad (las abreviaturas se refieren a la licenciatura de procedencia y al doctorado): Alberto-Ignacio Pérez de Vargas Luque (CU, Mat, Dr. Mat), María Cristina Martínez Calvo (PTU, Mat, Dr. Mat), Jesús López Sánchez (PTU, Mat, Dr. Bio), Santiago López de Ipiña Mattern (PTU, Bio, Dr. Bio), Ana Isabel Durand Alegría (Mat, Dr. Mat) María Teresa González Manteiga (PTU, Mat, Dr. Mat), Rafael Lahoz Beltrá (PTU, Bio, Dr. Bio) Antonio Murciano Cespedosa (PTU, Bio, Dr. Bio), Emilia Rodríguez Santamaría (PTEU, Mat y Fis, Dr. Bio), Julio Alonso Fernández (PTEU, Bio, Dr. Bio), Víctor-Jesús Abraira Santos (PA, Fis, Dr. Bio), Javier Zamora Romero (PA, Bio, Dr. Bio) Francisco Conejero Meca (PA, Mat), Mario Reviriego Eirós (PA, Bio), Marta Juana Fernández López (PA, Fis) y María Luisa Rapún Banzo (Ay, Mat, Dr. Mat). En la Escuela: Fivos Panetsos Petrova (CEU, Mat. Dr. Bio, Dr. Med), Almudena de la Torre Adrados (CEU, Fis, Dr. Fis), Concepción Collado Gómez (PTEU, Mat), Manuel Delgado Casanova (PTEU, Mat), Arturo Rodríguez Franco (PTEU, Fis, Dr. Fis), Luis Bernal Campo (PA, Ing. Telec.), Luis Francisco Rodríguez Ogando (PA, Mat), Felipe Paz Gómez (PA, Mat), Ascensión Zancajo Benito (PA, Ing. Agro.) y Abel Sánchez Jiménez (Ay, Bio). Están adscritos al Departamento, dos investigadores del programa Ramón y Cajal, Valeri Makarov y Petros Lenas, una investigadora del programa Juan de la Cierva, Laura López Aguado, y una decena de becarios integrados en los diferentes proyectos de investigación. Los proyectos desarrollados recientemente o en vías de desarrollo son "Modelización probabilística de la cooperación en el uso de recursos compartidos" (Plan I+D+i) cuyo investigador principal es Jesús López Sánchez, "Modelos avanzados para la codificación de la información por el Sistema Nervioso Central" (FIS: Fondo de Investigaciones Sanitarias) cuyo investigador principal es Alberto Pérez de Vargas, y "Approximately periodic representation of stimuli", "Representation of stimuli as neuronal activity" y "Visual neuroprosthesis based on adaptative Neurosilicon interfaces", los tres a cargo de la Comisión de las Comunidades Europeas y con el mismo investigador principal: Fivos Panetsos. Igualmente, han sido concedidos a grupos de trabajo del Departamento, cinco proyectos de innovación educativa (PIE) contextualizados en la confección de CDs dedicados a la enseñanza de la Matemática y de la Estadística a estudiantes de Biología, así como en el diseño de un Aula Virtual de Bioestadística, citada a modo de enlace vía Internet por numerosas universidades de todo el mundo.

Pero, ¿qué es la Biomatemática?

Conviene antes que nada advertir que, afortunadamente, no es posible "sensu stricto" matematizar la vida, ni tampoco algo de ella. Sí lo es, no obstante, penetrar en la lógica de los procesos cuyo conjunto llamamos vida(1), incluso, más si cabe, cuando tales procesos están fuertemente dominados por el azar. La Matemática se ha construido inspirándose en lo que se ve, en lo que se cree ver o en lo que la imaginación; comprendiendo en el término, la fantasía; ha permitido concebir, pero su espectacular desarrollo no se debe a ello sino al cauce deductivo de su metodología. Un modelo matemático se construye observando lo que ocurre; pero, también, imaginándolo. Y, en todo caso, el proceso de abstracción es altamente reduccionista, residiendo, precisamente en ello, la esencia del quehacer matemático; esto es, unificar lo que en una inmensa variedad, infinita podría decirse sin ningún temor, de realidades hay de común.    La Matemática dispone de la Teoría de la Probabilidad para modelizar procesos en los que no hay relación causa-efecto entre un antecedente y un consecuente. La Teoría de la Probabilidad es una teoría de la medida en cuanto pondera los resultados de un experimento aleatorio. Puede decirse sin reservas que la Teoría de la Probabilidad es la matematización del azar. Debido a ello, es posible utilizarla para la modelización de situaciones en las que no puede determinarse a priori el resultado de un proceso provocado o desencadenado de modo natural o accidental. Los modelos probabilísticos permiten tomar decisiones en condiciones de incertidumbre y son, por ello, de una gran utilidad en todos los ámbitos del conocimiento de las ciencias aplicadas, observacionales o experimentales.

    Wartofsky(2) ha descrito y ejemplificado muy bien la relación causa-efecto. La asociación invariante de una cosa con otra: "Siempre que el sol se pone obscurece". No necesariamente obscurece porque el sol se pone pero cuando el sol se pone necesariamente obscurece. En todo caso, las definiciones y el significado de los símbolos no pueden dar lugar a la menor duda. La definición, en su sentido fuerte "escribe, muy acertadamente, C. Cañón(3)" solo es posible en Matemáticas pues en ella, al contrario que en las ciencias empíricas, los conceptos "nacen terminados".     Implicación y equivalencia suponen una relación causa"efecto entre antecedente y consecuente. Se trata, por consiguiente, de una acción de carácter determinístico. Volviendo a la frase utilizada por Wartofsky: Siempre que el sol se pone obscurece, observamos que es suficiente que el sol se ponga para que obscurezca; pero no es necesario que el sol se ponga para que obscurezca. Que el sol se ponga es, por lo tanto, una condición suficiente pero no necesaria para que obscurezca. Una condición necesaria y suficiente es una equivalencia.

La ecuación del movimiento uniforme de un móvil es e=vt: el espacio recorrido por un móvil que se desplaza a una velocidad constante se obtiene multiplicando la velocidad de desplazamiento por el tiempo transcurrido. Establecida la velocidad, el móvil  recorrerá, inexorablemente, en un cierto intervalo de tiempo una determinada longitud. No es necesario ni siquiera observar lo que pasa, se sabe lo que va a pasar. Cuando se modeliza un proceso caracterizado por esta posibilidad, se habla de modelo determinístico. Los instrumentos matemáticos utilizados en este ámbito de modelización son las ecuaciones diferenciales y en diferencias, respectivamente.

    Veamos, sin salirnos de lo elemental, el modo de construir un modelo matemático basado en las ecuaciones diferenciales(4)(5). Necesitaremos algunas definiciones y un poco de retroalimentación intelectual. Una función de efectivos o de población es una regla que asocia, sin ambigüedad, a la variable tiempo una medida interpretada como aproximación de una cantidad entera. Es un modelo para simular matemáticamente la dependencia del tiempo de la cantidad de individuos que constituyen los efectivos de una población entendida en sentido amplio; en definitiva, f(t) es un número real cuyo redondeo al entero más próximo es el de efectivos en el instante t, de la población representada. Por ejemplo, si los efectivos de una población obedecen al modelo f(t)=5et, sus efectivos en el instante inicial t=0, serían 5 individuos y en t=5, 5e5 individuos. Como 5e5=5148,41316=742,0658, redondearíamos concluyendo que la población tiene entonces 742 individuos. Una población así entendida parece inspirarse; y así es, en efecto; en las poblaciones animales, particularmente en la humana; pero, debe observarse que no hay diferencias con con las fluctuaciones de un capital, con la desintegración de un elemento radioactivo, con las cantidades de metales pesados presentes en un medio, con el crecimiento celular o con la evolución del efecto de un médicamente.

Si llamamos "t a un pequeño incremento del tiempo t, el cociente: , es la variabilidad de los efectivos relativa al intervalo de tiempo (t, t+"t]. La variabilidad instantánea en t, es; es decir: . Obsérvese que la variabilidad instantánea es lo que se llama velocidad instantánea en la física del movimiento. Como quiera que, en las funciones de efectivos, la valoración de la evolución de un montante suele hacerse refiriéndose a una tasa; es decir, a un cociente entre la variabilidad y el número de efectivos; porcentaje cuando tal número es 100; al cociente: se le llama tasa instantánea de crecimiento. Supóngase, por ejemplo, que se estima que la tasa de crecimiento de una población es constante: k(t)=k y, por consiguiente; escribiendo y=f(t):  . Recurriendo al cálculo integral:

Despejando y y volviendo a llamar C a eC:  que sería la solución general del problema planteado. Una solución particular se obtendría cada vez que se estableciera el número de individuos que forman la población al comenzar la observación; es decir, en el instante t=0. En la solución general, hacer t=0 supone y=C o y=y0 llamando, como se hace habitualmente, y0=f(0). Consecuentemente, la correspondiente solución particular adoptará la forma genérica: y=y0ekt. Cada valor de y0 fijará una solución particular concreta y cada valor del parámetro k una particularización del modelo.

El modelo descrito se llama modelo de Malthus(5). En la figura 1 se hace una representación gráfica para un valor inicial y0=100 y tres valores del parámetro k.    La expresión: , o, de modo más sencillo: , donde y es una función de la variable real t "o, más generalmente, x- es un ejemplo de ecuación diferencial cuya resolución supone encontrar la familia de funciones y(t; C) que la verifica. Tal familia es, para el modelo de Malthus, y=Cekt, donde C es un parámetro diversificador de las curvas integrales o soluciones particulares. El modelo exponencial de Malthus se ajusta razonablemente a realidades diversas para tiempos no demasiado grandes. Mucho mejor adaptado a la experiencia y con un alto grado de contenido prospectivo, es el modelo logístico o de Verhulst(7). Una forma de presentarlo es la siguiente:. Puesto que: , la ecuación logística, que es como se denomina a esta ecuación diferencial, se presenta como un modelo en el que se introduce un factor de freno: , a la ecuación de Malthus: , con tasa r. Llamando, como habitualmente, y0=y(0), la solución particular es la siguiente: . En la solución se observa que a la larga; es decir, cuando t tiende a infinito; la población se satura con un volumen de efectivos y=K. Por esta razón a K se le llama tope.
En la figura 2 se han dibujado las gráficas de una curva logística y de una exponencial de Malthus con k=r=1,2, y0=100, K=5.000. Al comienzo de la observación, las curvas son prácticamente coincidentes. Haciendo t=0,5 y llamando yM a la ordenada correspondiente a Malthus y yL a la logística se obtiene, redondeando al entero más próximo: yM=165, yL=163. Sucesivamente, t=1 supone yM=332, yL=317 y t=1,5, yM=605, yL=549. La inflexión se produce en el tiempo t=3,243.

Aunque de un modo algo más rústico, Malthus estableció el modelo exponencial en 1798 observando la tendencia de la población norteamericana de 1790 a 1890. Su estudio concluía con la alarmante advertencia de que mientras los recursos crecían en progresión aritmética, la población lo hacía en progresión geométrica. El modelo logístico, más realista, se ha mostrado útil para describir la dinámica de crecimiento de una amplia variedad de poblaciones, Pearl (8), Slobodkin(9). El crecimiento celular de algunos tumores se ajusta al modelo de Gompertz (Figura 3): , en el que la tasa instantánea de crecimiento, que era constante en Malthus, es ahora la función del tiempo: k(t)=re"at, siendo a una constante positiva que actúa como freno. La solución particular para una población inicial y0 es: . Por ejemplo, para r=0,001, a=0,2 y un número inicial de células estimado en y0=104, la curva de efectivos sería: que es la que corresponde a la dibujada en la figura 3. Como , la saturación se produce para y=104e1/200"10.050.

Los modelos probabilísticos(10)(11) no difieren de los determinísticos, más que en la naturaleza de la variable endógena. En el ámbito determinístico, la variable x; o eventualmente t; es lo que en matemáticas se llama una variable ordinaria; esto es, una variable cuyos valores se toman en un conjunto numérico como referencia primaria. La asignación de un valor a la variable x es un acto voluntario y premeditado. Sin embargo, en un modelo probabilístico o estocástico, el símbolo x alude a un valor tomado por una variable aleatoria que es una función de conjunto; entendiendo por tal una regla que asigna números reales a los sucesos o subconjuntos del espacio muestral o espacio de resultados de un experimento aleatorio que es un experimento cuyo conjunto de resultados es conocido; pero, sin que pueda determinarse el de una prueba antes de su completa realización. Un modelo probabilístico muy conocido es el modelo de Gauss o Distribución Normal. Su expresión reducida es la siguiente: . Su gráfica (Figura 4) es una curva en forma de campana cuyas colas se extienden asintóticamente. La expresión general de la curva es: .

Es bien sabido que la teoría de la probabilidad es el modo en que la Matemática formaliza las leyes del azar y que son los juegos de azar los que inspiran la búsqueda de la axiomática que conduce a su formalización. A. de Moivre da la primera idea en 1718 (The Doctrine of Chances), cuando trata de calcular aproximadamente las probabilidades asociadas al modelo binomial; una distribución de probabilidad discreta finita muy intuitiva con dos respuestas: éxito o fracaso, verdadero o falso, etc.; cuando se está ante un número muy elevado de pruebas. El asunto es considerado años más tarde, en 1812, por P.S. de Laplace (Théorie analitique des probabilités) y C.F. Gauss, uno de los matemáticos más brillantes de todos los tiempos, consagra su interés teórico y su utilidad práctica al encontrar su acomodo a la distribución de los errores cometidos por azar al hacer medidas astronómicas. Al hecho de ser una distribución de probabilidad muy común, se debe su nombre: normal. Siguiendo la metodología marcada por L.A.J. Quetelet 8c. 1870), F. Galton encontró (c. 1890) numerosos ejemplos adaptados al modelo en el ámbito de la Antropología y de la Genética Humana.

Hasta 1933 la Teoría de la Probabilidad no puede ser considerada, sin reservas, una teoría matemática, aunque desde 1812, debido a Laplace, se veía venir. Es cuando el matemático ruso A.N. Kolmogorov, establece el marco axiomático que permite su desarrollo formal. No obstante, las fechas nos dicen que el ambiente estaba preparando el lecho desde hacía (c. 1718) más de dos siglos. Casi simultáneamente a la axiomatización de la Teoría de la Probabilidad, R.A. Fisher(12) comienza a acercar el concepto a la agricultura y a la genética de poblaciones produciéndose el nacimiento de la Bioestadística, del Diseño Experimental y del Análisis Multivariante(13). No hay parte alguna de la Matemática, por abstracta que pueda parecernos que sea descartable como instrumento de modelización, aunque la inmensa mayoría de los contenidos de su cuerpo doctrinal se hayan generado a través de un cauce deductivo radicalmente formal. La Matemática tiene una gran vocación interdisciplinar, son sus cultivadores los que generalmente desdeñan  la acción de aplicar conocimientos que se han adquirido por una vía lógico-deductiva. Y no es distinta la actitud de los especialistas que se ven obligados a percibir la proximidad de la banda sonora que anuncia la posible utilidad del lenguaje o del método matemático. Habitualmente se alejan todo lo que pueden, unas veces por creer que nada va a serle aportado y otras por haber tenido ya alguna experiencia de incomunicación. Sin duda que en ello piensa J.I. Díaz(14) cuando afirma que "la cooperación interdisciplinar es bastante compleja y no es sencillo encontrar medidas que la propicien".

    La matematización no es una valoración ni una cuantificación sino una modelización formal. Ello supone que la estimación de los parámetros que intervienen en el modelo, ha de hacerse por medio de instrumentos matemáticos; pero, siempre según lo que opine el experimentador. Por ejemplo, en el conocido modelo más simple del sistema de Volterra-Lotka(4)(5):  . Los coeficientes han de ser valorados por el experimentador. El modelo expresa que la variación instantánea de los efectivos de cada especie, depende de sus efectivos actuales y de los "encuentros" con los individuos de la otra especie. Habrá simbiosis si a12, a21>0, competición si a12, a21<0 y una relación depredador-presa cuando uno de los a12, a21 sea positivo y el otro negativo. El sistema está formalizado, terminado, desde la óptica de la Matemática, porque para abordar su estudio no interesa conocer el valor de esos coeficientes. El estudio del sistema consistirá en el establecimiento de los correspondientes teoremas de existencia y unicidad de soluciones según el espectro de alternativas que ofrezcan todas las valoraciones posibles de los coeficientes.
    En las álgebras genéticas(15)(16)(17) "estructuras algebraicas inspiradas en el comportamiento evolutivo de las especies" se trabaja con coeficientes cuya estimación experimental sería compleja, prácticamente inaccesible en muchos casos e imposible en otros. Pero eso no importa, porque no es un asunto que tenga el menor interés para el matemático. Veamos, de un modo sencillo, cómo aparecen estas álgebras. Como es sabido, el material hereditario reside esencialmente en los genes que son, desde el punto de vista matemático, unidades de información. Consideremos una población diploide "esto es, formada por elementos genéticamente constituidos por una colección de pares de cromosomas" diferenciando a sus individuos respecto de un determinado locus "alojamiento en el cromosoma de las formas alélicas de un gen; es decir, de las unidades que informan acerca de un determinado carácter". Sea la colección {a1, a2, a3, … , an} la de los gametos alelomorfos del locus observado. El conjunto formado por las infinitas combinaciones lineales: con coeficientes reales, es una conocida estructura, profusamente estudiada, llamada espacio vectorial. Aquellos elementos caracterizados por las condiciones: 0i1, "i=1, serían poblaciones gaméticas caracterizadas por el vector cuyas componentes traducen las frecuencias relativas asociadas a la presencia del correspondiente gameto. Si ahora suponemos que todos los cigotos son igualmente fértiles, que el homocigótico aiai solamente puede trasmitir el gameto ai y que el heterocigótico aiaj produce gametos ai o aj en la misma proporción, puede definirse: aiaj=(½)ai+(½)aj; formalmente, una multiplicación entre los elementos de la base constituida por la colección de cigotos. La introducción de esta operación conduce a una rica estructura llamada álgebra a la que un numeroso colectivo de matemáticos(18)(19) presta una interesada y ya larga atención. Pero, ya no se trata más que del formalismo derivado del discurrir lógico"deductivo. Es posible que si un genetista fuera capaz de leer matemáticas, los resultados formales le sugirieran investigaciones nunca imaginadas; pero, esta es una cuestión, en todo caso, ajena al quehacer matemático. El problema reside en lo que en el prólogo de una obra importante(20) dice Bruter: "La diferencia entre la lectura de una novela policiaca y la de un texto matemático es la siguiente: en el primer caso, el significado del vocabulario es perfectamente conocido por el lector, puede engullir su novela sin dificultad; en el segundo caso, es preciso aprender, a cada paso, el significado de los términos empleados, lo que retrasa considerablemente la marcha del espíritu en el descubrimiento de los enigmas del mundo matemático". Precisamente, Bruter aborda la fascinante tarea de explicar la conexión entre formalismos del análisis matemático y ciertas percepciones sensoriales, en un tiempo dominado por la legendaria obra de R. Thom(21), prologuista de la de Bruter, que tanto ha tenido que ver con la posterior Teoría del Caos o la de los Fractales. Es curioso constatar que el precedente de Thom y sus numerosos consecuentes deban mucho al trabajo  memorable de un pensador singular, D'Arcy Thompson, difundido a través de la edición abreviada de J.T. Bonner(22). En este extraordinario libro, D'Arcy dice algo que, en ocasión como esta, nos parece especialmente oportuno repetir: "El estudio de la forma puede ser meramente descriptivo o puede ser analítico. Comenzamos por describir la forma de un objeto en palabras sencillas, de lenguaje corriente; terminamos definiéndolo en el preciso lenguaje de los matemáticos; un método tiende a seguir al otro en estricto orden científico y con continuidad histórica. Así por ejemplo, la forma de la Tierra, de una gota de lluvia o del arco iris, la forma de una cadena  que oscila o la trayectoria de una piedra arrojada al aire, pueden describirse adecuadamente con palabras corrientes. Pero cuando hemos aprendido a comprender y definir la esfera, la catenaria o la parábola, hemos realizado un avance considerable. (…) Podría pensarse que las definiciones matemáticas son demasiado estrictas y rígidas para el uso corriente, pero su rigor está combinado con una libertad casi infinita. La definición exacta de una elipse nos introduce a todas las elipses del mundo, la definición de una sección cónica amplía nuestro concepto, y una curva de orden superior aumenta aún más nuestro campo de libertad". Hoy se dispone de la informática para el estudio y el reconocimiento de formas. Recientemente un grupo de cientificos(23)(24)(25) ha materializado por medio de la informática, la expresión algebraica de formas extraídas de la Naturaleza y de los procesos asociados a la Vida.

Referencias

(1)Pérez de Vargas, A. et al.: Elementos de Biomatemática. E. Fragua, Madrid, 1980.
(2)Wartofsky, M. W.: Filosofía de la Ciencia 1, 2. Alianza, Madrid, 1973.
(3)Cañón, C.: Matemática: creación y descubrimiento. U.Comillas. Madrid, 1993.
(4)Martínez Calvo, Mª C. et al.: Métodos Matemáticos en Biología. Edit. Centro de Estudios Ramón Areces. Madrid, 1993.
(5)Martínez C., Mª C. et al.: Prob. de Biomat. E. C.de E. R. Areces, Madrid, 1995.
(6)Malthus, T.R.: An essay on the principle of population, and A summary view of the principle of population. Penguin, Harmondsworth, 1978.
(7)Verhulst, P.F.: Notice sur la loi que la population suit dans son accroissement. Correspondance mathématique et physique, 10, 113"121.
(8)Pearl R.: The Biology of Population Growth. A.A. Knopf, New York, 1928.
(9)Slobodkin, L.: Popul. dynamics in Daphnia obtusa Kurz. Ecol. Mon. 24 69"88.
(10)Pérez de Vargas, A. et al.: Bioestadística. E. C.de E. R. Areces, Madrid, 1996.
(11)Pérez de Vargas, A. et al..: Estadística Biométrica. Edit. Síntesis, Madrid 2000.
(12)Fisher, R.A.: Statistical Methods, Experimental Design and Scientific Inference (Re-issue). Oxford U.P., Oxford, England, 1990.  
(13)Abraira, V. et al.: Métodos Multivariantes en Bioestadística. Edit. Centro de Estudios Ramón Areces, Madrid, 1996.
(14)Díaz Díaz, J.I.: El mundo de la ciencia y las matemáticas del mundo. Discurso de ingreso en la R.A. de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Madrid, 1997.
(15)Bertrand, M.: Algèbres non asso. et alg. génétiques. Gauthier-V., Paris, 1966.
(16)Wörz-Busekross, A.: Algebras in Genetics. Spinger-Verlag, Berlín, 1980.
(17)Lyubich, Y.I.: Mathematical Structures in Populations Genetics. Spinger-Verlag, Berlín, 1992 (versión original en ruso: Naukova Dumka, Kiev, 1983).
(18)Pérez de Vargas A. et al.: Genetic Algebra for Two'Linked Loci with Complet Crossing'Over. II Conference on Mathematics at Service of Man. Las Palmas de Gran Canaria, 1982.
(19)López"Sánchez J. and Pérez de Vargas A.: Zygotic Algebra for Two'Linked Loci with Sexually Diff. Recomb. Rates . Bull. of Math. Biology 47 771'782, 1985.
(20)Bruter, C.P.: Topologie et perception, I, II. Doin, Maloin, Paris 1974.
(21)Thom R.: Stabilité struct. et morphogénèse. W.A.Benjamin, Mass., USA, 1972.
(22)D'Arcy Thompson: Sobre el Crecimiento y la Forma. H.Blume, Madrid, 1980 (original en Cambridge U.P., 1961).
(23)Andersson H. S. et al.: The Lenguage of Shape. Elsevier, Amsterdam, 1997.
(24)Jacob, M.: The nature of Math and the math. of nat.. Elsevier, Amsterdam, 1997.
(25)Andersson, S. et al.: Biomathematics. Elsevier, Amsterdam, 1999.