A la licenciatura en Ciencias Biológicas: "Tienes 50 años y no me gustas"
Eugenia Ron Álvarez
Catedrática del Departamento de Biología Vegetal I

Tienes 50 años, y yo 60. De ellos hemos compartido ya más de 43; 5 como alumna y 38 y seis meses como profesora.


Había creído que llegaríamos a esta nuestra común tercera edad en una placentera y respetuosa armonía, pero no es así.


He decidido abandonarte ya. Hay demasiadas cosas de ti que no me gustan y pueden convertir mis últimos años en una pérdida de tiempo irreparable.


Sabio el autor del Eclesiastés: "Hay tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de amar y tiempo de olvidar, tiempo de trabajar y tiempo de descansar, tiempo de abrazarse y tiempo de separarse". Quiero separarme para descansar y olvidar lo que no me gusta de ti.


No me gusta un Campus universitario cruzado por la carretera de La Coruña.


No me gusta un "parking disuasorio" de un Rector evergeta en el que se gastaron dineros inútiles.


No me gusta una Avenida Complutense talada de los árboles que protegerían con su sombra el camino hacia el Metro en el estío.


No me gusta un Jardín Botánico sin botánicos que lo dirijan.


No me gusta un Jardín Botánico que antes fue Parque y ahora auditorio para fiestas veraniegas.


No me gusta una Universidad sin Biblioteca Central.


No me gusta aparcar en la calle en Agosto porque el parking del edificio en que te alojas se cierra por decisión unilateral de la autoridad competente.





No me gusta que, a mi edad y tras los servicios que te he prestado, no tengo un lugar para aparcar cuando mis alifafes cotidianos me hacen llegar después de los becarios. Por una mal entendida democracia, solo los Decanos tienen ese confortable privilegio, en lugar de tenerlo los más añosos.


No me gusta trabajar en un edificio que en lugar de conserje en el vestíbulo de entrada, tiene un elefante.


No me gusta trabajar en un edificio con ascensores que parecen sacados de un remate de material de derribo.


No me gusta trabajar en un edificio de trece plantas sin escaleras de incendios.


No me gusta trabajar en un edificio donde las vigas maestras bloquean las puertas de entrada a los despachos.


No me gusta trabajar en un edificio donde los despachos miran a un patio y los laboratorios docentes a los bellos ocasos de poniente.


No me gusta trabajar en un edificio con despachos diseñados en régimen de estabulación.


No me gusta trabajar en un edificio donde las reparaciones de mantenimiento se pueden demorar meses.


No me gusta trabajar en un edificio con una cafetería que vende alcohol a cualquier hora.


No me gusta cruzar un vestíbulo con mesas de mus y litronas.


No me gusta cruzar un vestíbulo con alumnos comiendo en el suelo.


No me gusta llevar veintitrés años de catedrática sin saber lo que es la visita de un Decano a mi despacho.


No me gusta tener que empezar las clases prohibiendo a los alumnos comer, beber y usar el teléfono móvil en el aula.


No me gusta una carga docente que no tiene en cuenta la edad del profesor.


No me gusta tener a los 60 años más carga docente de la que tuve a mis 21 años.


No me gusta que en el siglo de la fibra óptica las asignaturas genéricas no tengan subvención por la dificultad de calcularla.


No me gustan las promesas electorales de los candidatos y los olvidos de los elegidos.


No me gustan las autoridades que tardan más en conceder una entrevista que un médico especialista de la Seguridad Social.


No me gusta una universidad que ni estimula, ni premia, ni cuida la buena docencia.


No me gusta que me juzguen los sexenios como si no tuviese que impartir 240 horas de docencia.


No me gusta que los tramos docentes se acaben veinte años antes que la posible vida académica.


No me gusta que se cambien los modos de doctorarse para que cada vez sean peores y más burocráticos.


No me gusta un DEA que no tiene más sentido que recaudar dinero a costa del doctorando.


No me gustan las nuevas asignaturas de doctorado que siguen siendo el comentario de una separata cualquiera.


No me gusta lo que cuesta en euros la burocracia, matrículas y papeleo de un doctorado.


No me gusta una Universidad que no tiene un Comité de Ética.


No me gustan los homenajes a profesores o PAS después de fallecidos o jubilados. Los preferiría en vivo, un lunes a ser posible, y por sorpresa.


No me gustan los actos académicos que empiezan con una invocación al Espíritu Santo.


No me gusta que se pidan a los departamentos opiniones y decisiones para ayer.


No me gusta que los departamentos se conviertan en geriátricos y las autoridades no tomen medidas para rejuvenecerlos.


No me gusta que no se prevean los relevos de los profesores vetustos con jóvenes asociados a sus plazas antes de la jubilación.


No me gustan los cargos académicos obligados por oficio del Rector.


No me gusta el uso que se hace de los Doctorados "honoris causa".


No me gusta que tengan que intervenir los Servicios de Seguridad el día de las vacaciones de Navidad.


No me gusta que se recluten alumnos para espiar las actividades docentes y se les premie con créditos de libre configuración.


No me gusta que la Inspección de Servicios Docentes delegue sus funciones en alumnos espías.


No me gusta que la Inspección de Servicios llame Encuesta-Panel a lo que es una dejación de sus obligaciones.


No me gusta que llamen "ola del mes" a un acto de espionaje sin ninguna garantía.


No me gusta que un Director tenga que llevar la economía de su departamento, cuando estudió para biólogo.


No me gusta que un Director tenga que cuidar del mantenimiento del Departamento, cuando estudió para biólogo.


No me gusta que el voto del Director en un Consejo, no sea un voto de calidad.


No me gusta que los alumnos lleguen a la Universidad sin saber escribir en castellano.


No me gusta, a estas alturas de mi vida académica, horrorizarme ante las faltas de ortografía en los exámenes escritos.


No me gusta la falta de formación de los alumnos que llegan a la Universidad.


No me gusta la escasez de actividades culturales de la Facultad.


No me gusta que las pocas actividades culturales que se ofrecen en la Facultad se coloquen en horario docente.


No me gusta que las cosas que me gustan de la Facultad dependan de personas concretas y no del ambiente académico.


No me gusta que no haya un espacio para la crítica y el debate ni en la página web de la Universidad ni en las de las Facultades.


No me gusta encontrar tantas cosas que no me gustan de la vida académica.


No me gusta pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Me gustaría creer que todo lo que no me gusta va a cambiar para mejor aunque yo no lo vea. Siempre me he sentido orgullosa de ser complutense, como alumna primero y como profesora después. Ese sentimiento me los inspiraron aquellos magníficos docentes que un día fueron mis maestros: Don Salustio Alvarado, Don Bermudo Meléndez, Don Florencio Bustinza, Don Francisco Bellot, Don Emiliano Aguirre, Don Alfredo Carrato, Don Rafael Alvarado, D. Francisco Bernis. Toda mi gratitud para ellos por su ejemplo, en este balance de 38 años y seis meses de mi vida académica.

En Madrid, a 13 de Marzo del año 2006



Eugenia Ron Álvarez

Catedrática del Departamento de Biología Vegetal I

Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid