SEO/BirdLife y la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid
Eduardo de Juana Aranzana
Departamento de Zoología y Antropología Física

Me piden que, como actual presidente de SEO/BirdLife, cuente aquí algo a propósito de la larga vinculación que ha existido entre dicha sociedad y nuestra Facultad de Biología, y ni que decir tiene que acepto de mil amores. Entre otras cosas, porque es agradable volver al pasado cuando se trata de rememorar historias interesantes y de final feliz. Ahora esta asociación, dedicada al estudio y la conservación de las aves y su hábitat, es una de las ONG conservacionistas más influyentes de España y cuenta con unos 9.000 socios, una plantilla de medio centenar de personas y un presupuesto anual próximo a los 5.000 €. Pero no siempre fue así, ni mucho menos. Durante largos años, antes de echar a volar, tuvo su nido en las alturas de la torre del edificio viejo, junto a los de los cernícalos, grajillas, vencejos, palomas, estorninos y gorriones que todavía están con nosotros. Además, la cátedra de Zoología de Vertebrados tuvo, como veremos, un protagonismo muy destacado tanto en su nacimiento como durante buena parte de su historia.

SEO/BirdLife tiene por nombre oficial Sociedad Española de Ornitología, por lo que para muchos es familiarmente "la SEO". Se fundó en Madrid en 1954, promovida por un pequeño grupo de entusiastas de las aves a cuya cabeza se situaba Francisco Bernis Madrazo, por aquel entonces profesor de ciencias naturales en un instituto de enseñanza media de Lugo, pero enseguida, a partir de 1956, catedrático de la Universidad Complutense. Uno de los promotores fue José Antonio Valverde, el genial zoólogo y ecólogo que, entre otras cosas, consiguió salvar Doñana. Y otro más, Ramón Sáez-Royuela, cronológicamente el primer biólogo de nuestro país (¡puesto que fue el único de la primera promoción que aprobó todo en junio!) y que también fue el primer tesorero de la flamante sociedad. Ésta estableció su sede en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y allí llevó a cabo durante mucho tiempo sus reuniones.

En el Museo fue por ello donde quien esto escribe, entonces estudiante de Preu, ingresó como miembro de número en la sociedad en una lejana asamblea de 1968, a los 16 años. En octubre de ese mismo 1968 empezó también a recibir sus primeras clases de biología, por cierto en el edificio que ahora llamamos viejo, pero que justo entonces acababa de abrir sus puertas… Y por eso pudo seguir muy de cerca el resto de la historia que aquí relata. Un par de años más tarde se instalaron en la torre las distintas cátedras y con ello empezó la presencia cotidiana, tutelada por Bernis, de la SEO entre los biólogos madrileños. Bernis fue secretario general durante nada menos que veinte años, entre 1954 y 1973, y luego le sucedió en el cargo Manuel Fernández-Cruz, profesor titular en la misma cátedra y también ornitólogo destacado.

Durante los primeros años SEO dedicaba la mayor parte de sus exiguos caudales a la consolidación de la revista científica, Ardeola, y a promover otras actividades básicas en ornitología de campo, como censos y anillamientos (marcado de aves con anillas numeradas a fin de estudiar sus migraciones). Las tareas burocráticas recaían en Bernis y en su mujer, la inolvidable Cristina Carro, con la ayuda de Manolo, Ramón y otros profesores y estudiantes hábilmente "cazados" para colaborar en cosas como escribir a mano las direcciones de los socios en los sobres, llevar a las oficinas de correos boletines y revistas, remendar redes de anillamiento, o rellenar fichas de todo tipo. Sólo con el tiempo fue haciéndose posible gratificar los servicios de alguna que otra secretaria a media jornada, para atender a los socios y sus cuotas, y también, de cara a gestionar la oficina de anillamiento, los de un jovencito que entonces estudiaba geografía e historia en una facultad cercana y que más tarde se haría famoso como divulgador y escritor, Joaquín Araújo.

Muy poco a poco fueron aumentando los socios de SEO y cambiando sus preocupaciones. Por un lado, la labor docente de Francisco Bernis había ido formando numerosos ornitólogos que, a su vez, acompañados por los de la Estación Biológica de Doñana, fueron con sus trabajos y publicaciones elevando de manera exponencial el nivel científico de la disciplina en España, lo que fácilmente puede constatarse al repasar los números de Ardeola, sobre todo a partir del momento en que José Luis Tellería -nuestro actual decano- empezó a actuar como editor. Otros estudiantes "pajareros" de la facultad en aquellos tiempos, años 70 y primeros 80, que ahora ocupan puestos en universidades y centros de investigación, incluyen a Pancho Purroy, Tomás Santos, Quico Suárez, Salva Peris y Joaquín Muñoz-Cobo.

Por otro lado, la creciente preocupación social en España por los temas ecológicos y de la protección de la fauna, en buena parte gracias a la impagable contribución de Félix Rodríguez de la Fuente -que por cierto fue también miembro fundador de SEO-, hizo que pronto fueran muchos los que reclamaran un papel más activo de la asociación a la hora de defender nuestra maltrecha naturaleza. Tras un largo ensayo de colaboración con la CODA, no demasiado satisfactorio, SEO tomó en 1986 la decisión estratégica de crear en su seno un Comité para la Protección de las Aves. Para ello pudo contar con la preciosa ayuda de la sociedad británica RSPB (Royal Society for the Protection of Birds) que ya por entonces tenía más de un millón de socios y estaba muy interesada en tener en España un aliado fuerte, ahora que nuestro país había ingresado en la Comunidad Europea. Esto permitió contratar a Juan Varela, biólogo por nuestra Facultad además de inspirado artista con los pinceles. Todo un punto de inflexión, a partir del cual se sucedieron con rapidez las incorporaciones de pajareros "liberados" para la causa conservacionista, como Ángel Gómez-Manzaneque, Carlos Martín-Novella, Ramón Martí, Fernando Barrio, Alejandro Sánchez (luego director general muchos años), Miguel Ángel Gandoy, Miguel Ángel Naveso… y muchos otros que siento no poder detallar aquí. En general, muy jóvenes, biólogos, entusiastas de los pájaros y dispuestos a trabajar sin duelo. Aunque poco hubieran hecho, probablemente, sin el cuasi maternal acompañamiento de María José Pérez, sabia administradora de los recursos financieros.

La planta nueve de nuestra torre se convirtió enseguida en un lugar muy animado. Se sucedieron las campañas conservacionistas: Doñana, Santoña, en pro de las estepas, contra la caza de pájaros con cepos… Se llevó a cabo un atlas ornitológico y asimismo un inventario nacional de áreas importantes para las aves. Se puso en marcha una revista divulgativa, La Garcilla, y se empezó a producir abundante material de propaganda, con carteles, folletos, camisetas, pegatinas, etc. La gente no paraba de ir y venir, con numerosos estudiantes y profesores de la facultad a la cabeza. También nos visitaban de cuando en cuando colegas de otros países, sobre todo ingleses y holandeses, a quienes nos gustaba asomar a las ventanas que dan a la sierra para enseñarles, con telescopio, un nido de águila imperial situado en una torre de alta tensión en el monte de El Pardo. Las asambleas tenían lugar también en la facultad, siempre en sábado, y en general eran muy concurridas y no rara vez acaloradas, en ocasiones en exceso. Pero nada como la celebración de las IX Jornadas Ornitológicas Españolas en diciembre de 1987, cuando los pajareros de todo el país se dieron cita en nuestra facultad para celebrar lo que en cierto modo podía entenderse como la re-fundación de SEO/BirdLife, ahora decididamente volcada hacia la conservación.

Fue en 1994 cuando, ya prácticamente sin espacio vital en las dos habitaciones que tenía asignadas, la SEO tuvo que mudar sus oficinas. Con distintas ayudas fue posible pagar la entrada de un chalet adosado, en Pozuelo de Alarcón, mientras que la dotación económica del Premio Nacional de Medio Ambiente, recién conseguido por esas fechas, se dedicó a sufragar los abultados gastos de la mudanza. Sólo cinco años más tarde lo que al principio parecía un espacio inmenso, 300 m2, volvió a quedarse chico y de nuevo hubo que remontar vuelo, hasta un caserón de pintoresca traza neomudéjar ubicado en las cercanías del Puente de Vallecas. Allí, en la calle Melquíades Biencinto número 34, tiene hoy en día su sede SEO/BirdLife (www.seo.org). Pero en nuestra Facultad de Biología ha dejado un grupo de estudiantes activo en temas ornitológicos (SEO-Alectoris), innumerables recuerdos y muchos, muchísimos amigos.