Martín-Turrero I, Lescure Rodríguez J, Lora Pablos D, López-Ejeda N, Vargas Brizuela A, Martínez Álvarez JR, Marrodán Serrano MD.
Growth patterns of normo-nourished Afghan, Haitian and Congolese children aged 6-59 months: A comparative study.
Am J Hum Biol. 2021 May 27:e23620.
DOI: 10.1002/ajhb.23620
RESUMEN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) diseñó normas y tablas de crecimiento para menores de cinco años a partir de un estudio semilongitudinal con datos de 8.500 niños y niñas de diferentes orígenes (Brasil, Ghana, India, Noruega, Omán y Estados Unidos). Dicho estudio, publicado en 2006, aplicó un modelo LMS y tenía por objetivo contar con patrones “internacionales” que pudieran utilizarse como referencia en todos los países del mundo. Especialmente para su utilización por parte de organizaciones humanitarias que trabajan en terreno diagnosticando la desnutrición infantil en situaciones de emergencia. En nuestro estudio, llevado a cabo en colaboración con Acción Contra el Hambre, construimos y comparamos las curvas de crecimiento de niños y niñas aparentemente sanos y normonutridos de tres países diferentes (Afganistán, Haití y República Democrática del Congo). Utilizamos una muestra de casi 122.000 sujetos (59.773 niños y 61.255 niñas) de las mismas edades y aplicamos diversos métodos matemáticos para el modelado de las curvas (LMS, LMSP, LMST y regresión polinómica). Los resultados mostraron por una parte, que el mejor modelo de ajuste fue el LMSP y por otra, que los menores de los tres países analizados crecen a diferente ritmo. Los niños haitianos entre 6 y 59 meses, tienen un mayor tamaño corporal que sus iguales congoleños y afganos, tanto en peso como en longitud o talla y estas diferencias son especialmente llamativas en los percentiles más altos. Teniendo en cuenta esta evidencia, es necesario reconsiderar si la utilización de idénticos estándares para todas las poblaciones del mundo es apropiado. Si las velocidades de crecimiento de los niños con distinto origen poblacional no son iguales, como aquí se ha demuestra, las tablas internacionales de la OMS pueden llevar fácilmente a un diagnóstico erróneo, sobreestimando o subestimando las tasas de desnutrición crónica o de bajo peso. Sin negar el valor de los estándares de la OMS, surge la necesidad de desarrollar referencias más adecuadas que tengan en cuenta la diversidad ontogénica de las poblaciones humanas. Contar con patrones nacionales o regionales sería bueno para estimar con mayor fiabilidad el estado nutricional infantil, así como las posibles tendencias seculares.